miércoles, 17 de julio de 2013

Sobre la percepción popular de los tatuajes en Japón



Bueno, sobran las explicaciones sobre la larga ausencia de actualizaciones en el blog, la verdad es que a raíz de los exámenes lo dejé totalmente abandonado y ha sido hasta la “vuelta de las vacaciones” (que tampoco es así) que no lo he retomado, pero es que ante mi inminente marcha a Japón me veo obligado a revivirlo, pues uno de los principales objetivos por el que lo creé es narrar todo lo que vaya viviendo en mi mes y medio en el país del sol naciente.

Para ser exactos, parto este domingo, para realizar turismo dos semanas, y posteriormente comenzar mí trabajo en el hospital de la Nihon Daigaku. Tengo en mente hacerme un segundo tatuaje (o 10º para los más ortodoxos) y es por ello que voy a hacer mi pequeña aportación al mundo del pensamiento popular sobre los tatuajes en la sociedad nipona.

En primer lugar, no pienso mirar lo que dicen otros blogs ni lo que se dice en toras webs, ya que entonces haré lo que hace el 99% de la gente; reciclar artículos, de manera que cuando navegas por distintitas webs te encuentras la misma información una y otra vez, masticada y escupida, con diferentes palabras y la misma información.

No, os voy a contar mi experiencia personal de hace 3 años, cuando me hice el que actualmente llevo. Se dice de los japoneses que ven con muy malos ojos los tatuajes, que son típicos de Yakuza (mafia japonesa) o de mala gente… bueno, esto no puedo decir que sea falso, pero tampoco verdadero al 100%.

En primer lugar, diré que me hice el tatuaje en Kyoto, en una casa de tatuajes llamada “Catclaw Tatoo”, la verdad es que fueron bastante simpáticos e increíblemente profesionales, con una técnica y ejecución exquisita.

La mayor odisea fue, con toda seguridad, encontrar la tienda, que se encontraba en un primer piso de un pequeño edificio en una de las bocacalles de la avenida principal de Kyoto (suerte que Kyoto es de las pocas ciudades japonesas que dan nombre propio a sus calles y no se rigen únicamente por un enrevesado codig0o postal, como en Tokyo). El caso es que mientras buscábamos mi amigo Cristian y yo (que escribe un blog sobre este mismo viaje http://viajesindeterminados.blogspot.com.es/) nos encontramos ante la negativa a darnos información, más o menos vehemente, de la gente a la que preguntábamos, lo cual ya nos dio bastante mala espina. La gente a la que preguntábamos acerca de la casa de tatuajes no quería saber nada, nos despedía bruscamente o nos esquivaba haciéndose la loca, algo bastante chocante si uno tiene en cuenta lo amables que son dando indicaciones en otras ocasiones. NO puedo asegurar que esto no fuera casualidad, ojo, pero es cierto que la gente no parecía querer tener nada que ver con extranjeros que buscaban hacerse un tatuaje… mal rollo.

Cuando finalmente lo encontramos, Hiro, el tatuador que se encargó de mí, fue bastante majo, y captó enseguida lo que yo quería hacerme y de qué manera. Lo único en lo que no estuvimos de acuerdo fue en el precio, pero bueno ya estaba advertido de que los tatuajes eran caros en Japón: el precio fue de unos 50.000 Yen, que al cambio, en el momento en el que fui, debían rondan los 450€, vamos, una clavada.

Voy a saltarme el proceso de hacérmelo (que fue rapidísimo) y la odisea que pasé cuando el tatuaje se me infectó con el clima subtropical de Japón en verano… y voy a ir directamente a las reacciones de la gente. En primer lugar, menos exageradas de lo que me esperaba en un principio. Cuando les enseñaba el tatuaje a las farmacéuticas en mi eterna búsqueda de una pomada antibiótica, no solo no obtenía rechazo, sino que un par de ellas exclamaron “ahh!! Bushido!!” o “Miyamoto Musashi?” bastante gracioso.

Pero también está la otra cara de la moneda. En un hotel que disponía de Onsen (Baños termales) yo decidí llevar el tatuaje al aire para que curara mejor la herida, y observé las reacciones alarmadas de la gente. Yo estaba bastante tranquilo porque, a fin de cuentas, era extranjero, un “gaijin”, y los gaijin no podían ser Yakuza… ¿no? Bueno, pues el caso es que la sorpresa máxima vino cuando la encargada del hotel me pidió muy educadamente que “por favor, me tapara el tatuaje pues estaba asustando a los clientes”. Ahí es cuando me quedé a cuadros…

Pues casualidades de la vida, precisamente a causa del tatuaje conocí a una nipón-americana de unos 30 y algo años, algo ruda desde luego, pero bastante explicita, que estuvo hablando largo rato conmigo desde el momento que me preguntó por qué me había tatuado eso en la espalda siendo extranjero.

Ella me explicó que si, que aún había mucho tabú alrededor de los tatuajes, sobre todo entre la gente mayor, pero que también era cierto que cada vez más gente joven se tatuaba, especialmente los de la tribu “punk” (recordemos que en Japón es muy marcado el fenómeno de las tribus urbanas) pero que seguía siendo muy típico de Yakuza… y que, por supuesto, no supusiera que por ser extranjero no podía ser mafioso, ya que se estaban dando casos de extranjeros que ingresaban o hacían trabajillos para la Yakuza, lo cual me sorprendió aún más.

Asimismo, me dijo riendo que mi tatuaje en concreto era “Muy de Yakuza”, pues era el bushido, y los Yakuza se consideraban a sí mismos los “samuráis del siglo XXI”, y que es por eso que la gente se asustaba… en fin, yo no puedo contrastar toda esta información, pero me parece valiosísima viniendo de una persona que vive en Japón y que pertenece a su sociedad.

Espero que esta entrada arroje algo más de luz a este tema, ya que es difícil encontrar información nueva al respecto. ¡Seguiré informándoos cuando me haga el nuevo tatoo!


El sello de Catclaw tattoo

Aquí Hiro, mi tatuador
¡Nos leemos!

jueves, 2 de mayo de 2013

Guía Sistemas hormonales y su regulación - Capítulo I



Voy a comenzar lo que espero que sea una serie de entradas que pretenden explicar, de manera general y sin entrar demasiado en detalles áridos y enrevesados, cómo funcionan los distintos sistemas hormonales, con el fin de proporcionar una base sólida y correcta a todos aquellos deportistas que deseen hacer dietas/rutinas de entrenamiento, y así puedan decir que funciona y que no, que es cierto y que no lo es de todo lo que se cuenta y discute por la red.

Capítulo I – Sistemas hormonales y su regulación – Hipotálamo e Hipófisis:
En primer lugar vamos a explicar a grandes rasgos que son los sistemas hormonales: Haremos un símil; el cuerpo es como una gran ciudad, tiene sus fábricas, tiene sus centros de control, sistemas de defensa… y cada uno va “a su bola”, es decir, pueden y suelen estar aislados físicamente del resto del cuerpo, en forma de órganos muchas veces. Así pues, hace falta algo que se encargue de “conectar” todos los departamentos o edificios de esta ciudad, hacen falta mensajeros que indiquen continuamente que ocurre aquí y allá, que den órdenes a distancia en poco tiempo y reciban de vuelta un informe acerca si de lo que se ha pedido ha sido realizado.

Pues esto son las hormonas, son mensajeros, son mensajes y órdenes que se envían de una parte del cuerpo a otra para que todo funcione correctamente. ¿Y quién es el director de orquesta en todo esto? Si señores, el cerebro.

Si hemos dicho que las hormonas son las encargadas de conectar y mantener en comunicación todo el cuerpo para ser más eficiente y que todo se mantenga en orden… debe haber a su vez un centro de control de estas hormonas, algo que se asegure de que son liberadas o no de la manera correcta… y este es el cerebro, más concretamente el eje Hipotálamo-Hipófisis.

El hipotálamo es una región situada aproximadamente en el centro del cerebro, y es el encargado, entre otras muchísimas e importantísimas funciones, de integrar y transformar en mensajes toda una serie de señales que llegan de todas partes del organismo. Así pues, el hipotálamo es el jefazo, va a ser el que definitivamente diga que se hace y que no, que se libera y que no, y el que va a pasar revista a todo lo que ocurre en nuestra “ciudad”, es el Boss.

Pero el hipotálamo por sí solo no puede hacerlo todo, tiene a su “machaca”, tiene su servidor personal que obedece todas sus órdenes, su “secretario de hormonas”, y esta es la hipófisis. La hipófisis es una especie de “judía” que tenemos situada inmediatamente “detrás de la nariz”, la cual es un hervidero de sustancias (hormonas) acumuladas que están deseando salir en cuanto se les dé la orden. Así pues, el hipotálamo y la hipófisis están íntimamente conectados por un sistema vascular denominado “portal”, que no tiene conexión directa con la circulación general, es su “línea telefónica privada y segura”.

Resumen:
-          El cuerpo es muy grande y con demasiados sistemas, hace falta organización --> hormonas al rescate.
-          Las hormonas necesitan un sistema de regulación propio para no “liarla parda” --> hipotálamo se encarga, es “El Boss”.
-          Hipotálamo manda mucho, pero hace poco, necesita una mano ejecutora --> para eso está Mr.Hipófisis.
-          Hipófisis parece unos atributos masculinos --> mala suerte, porque encima está lleno de vesículas con muchas hormonas, reforzando este parecido…



Capítulo I.2 – Sistemas hormonales y su regulación – Eje Hipotálamo-hipófisis.
Una vez hemos explicado más o menos como va esto del sistema hormonal, voy a soltaron un motón de datos y tablas que, por ahora, no os van a  servir de nada, pero que vais a emplear como referencia una y otra y otra… y otra vez cada vez que explique un eje hormonal en concreto.

En cuanto a la hipófisis, está dividida en 2 partes, la neurohipófisis, que no almacena nada, y la adenohipófisis (de adenos, glándula) que va a tener muchísimas hormonas dentro de ella. En líneas generales, el hipotálamo liberará “factores liberadores o inhibidores” para decir a la hipófisis que hacer. La hipófisis por su parte liberará a la circulación general “factores estimulantes” que actuarán sobre las glándulas diana del cuerpo… que a su vez liberarán sus propias sustancias, que serán las ejecutoras finales de la acción, asique esto es como una larga cadena de mando.

Aquí os dejo un árido esquema, pero tremendísimamente útil sobre los diferentes ejes hormonales que maneja esta pequeña mafia hipotálamo-hipofisaria:

Tabla de hormonas hipotalámicas y su acción en la hipófisis.
Hormona hipotalámica
Función
TRH
estimula liberación de TSH y prolactina
GnRH
estimula liberación de LH y FSH
CRH
estimula liberación de ACTH
GHRH
Estimula liberación de GH.
Somatostatina
inhibe la liberación de GH (y TSH, prolactina)


A continuación se enumeran las hormonas hipotalámicas y su principal función:
  • TRH: hormona liberadora de tirotrofina. Estimula la liberación de TSH y prolactina.
  • GnRH: hormona liberadora de gonadotrofinas. Estimula la liberación de LH y FSH.
  • GHRH: hormona liberadora de GH. Estimula la liberación de hormona de crecimiento.
  • Somatostatina: inhibe la liberación de GH.
  • CRH: hormona liberadora de coticotrofina. Estimula la liberación de ACTH.
  • Dopamina: inhibe la liberación de prolactina.
Yo creo que con esto tenéis suficiente de momento, esta es la base sobre la que se van a asentar todos los demás conocimientos, es imprescindible recordarla y consultarla continuamente. Espero que os sea útil.

¡Nos leemos!

lunes, 29 de abril de 2013

Mi método de inversión



Siento haber descuidado el blog por tanto tiempo una vez más, pero ya sabéis lo inconstante que soy, deduzco que ahora que se vuelven a acercar exámenes, al contrario de cómo debería ser, aumentaré mi ritmo de publicación.

Pero a lo que voy con esta entrada es a explicar mi “estrategia de inversión” dentro de lo posible, si gente, esta entrada va sobre bolsa de nuevo… pero bueno, espero que a alguien le pueda ser de utilidad.

Ya he escrito antes dando pistas sobre el tipo de inversión que me gusta y los valores que sigo, y creo que poca gente, o casi nadie podrá decirme aun que le he conducido a la ruina, ya que de momento los pocos consejos que he dado han sido bastante sólidos (ya que si no me lo parecen a mí, no os los aconsejaría a vosotros ni loco).

El caso es que en los últimos dos meses mis inversiones han ido mejor de lo habitual, si lo normal es que el balance neto final fuera de pocas ganancias o pérdidas (que no es poco, sobrevivir en la despiadada bolsa mientras aprendes) en estos últimos dos meses mis beneficios han crecido exponencialmente… y lo curioso es que yo no he estado dando cuenta hasta que me ha tocado hacer la dichosa declaración de la renta.

Así que he recapacitado sobre que me ha podido impulsar a esta “racha ganadora”… y como no soy famoso para escribir un libro sobre “mi método” ni dar cursos de inversión a cambio de un pastizal… pues me limito a exponerlo aquí de buena fe con la esperanza de que ayude a alguien, que tal como están la cosas nada me alegraría más que saber que hay gente ganando dinero dentro de esta espiral de pesimismo y desempleo.

Ante todo, el pilar de mi método es LA PACIENCIA… si, de acuerdo, esto es muy difícil de pedir, ya que a más de uno le quema el dedo si “no juega” o no está metido en algo a diario. Este método solo sirve, o al menos es más fácil de seguir, para alguien que no dedique su vida únicamente a la bolsa (que creo que será la mayoría que me leerla, ya que los profesionales se mean en mi método y en cualquiera, ya que si se dedican a ello es que tendrán el suyo propio).

Mi método consiste, en primer lugar, en una constante y celosa vigilancia del mercado. Tu valor elegido, en primer lugar, debe ser lo suficientemente importante para asegurarte una seguridad, pongamos por ejemplo de valor observado el banco Santander, uno de los principales directores del Ibex, y fiel reflejo de sus subidas y bajadas. Deberás vigilar este valor y el índice a diario, y pasar olímpicamente de su baile diario… ¿Cuándo entraremos? Pues solo cuando se dé la oportunidad perfecta, jugosa, y atractiva.

Pondré un ejemplo… hace un par de meses si no recuerdo mal, el Ibex tonteaba con los 8.600… la gente eufórica, todo el mundo comprando… y ZAS!!! En apenas 3 días nos precipitamos al abismo de los 7800 e incluso 7600… para quien estuviera dentro, eso fue un desastre, vimos bajar el banco Santander desde valor de 6,20 euros hasta apenas 5,10… pues bien amigos, si vosotros estabais fuera, es cuando debisteis decir ¡AHORA! , y no digo en el momento en el que el Ibex caía en picado, sino durante las semanas que se tiró en un “punto muerto”, quien entonces se cargara de acciones, habría aprovechado una oportunidad de oro.

En cambio, los impacientes y los “jugadores” se vieron irremisiblemente atrapados en la caído, y a un a día de hoy esperando a que el valor suba (que lo hará, pero mientras observad todo lo que han perdido). Así pues, es tan sencillo como “vigilar y esperar”. Y no importa si debes esperar 1 semanas, 1 mes o 3 meses, las oportunidades existen, y SIEMPRE vuelven. ¿Qué hay un GAP alcista y la bolsa sube como loca?... calma, cuando de signos de agotamiento ponte corto en la cresta de ola… bajará, aunque sea para corregir, pero lo hará.

¿Qué hay una gran bajada y nos vamos a los infiernos? Calma, espera a que se cree una zona de resistencia, obsérvala, y cuando la creas consolidada, invierte fuerte, subirá… y si no lo hace para eso tienes el stop loss ¿no?

En fin, espero no haber dicho algo demasiado evidente, pero por claro que parezca, los que no somos unos totales profesionales de la bolsa muchas veces pecamos de falta de criterio y de impaciencia, y eso es lo que nos mata, lo que nos deja sin capital. Paciencia señoras y señores, paciencia…

¡Nos leemos!

jueves, 4 de abril de 2013

Dulces de Mochi y el Mochitsuki



Hoy voy a hablaros de unos dulces o “bollitos” muy populares en Japón, y que sin duda probaréis si tenéis la oportunidad de ir al país del sol naciente, son los bollitos a base de “Mochi”, o dulces de arroz glutinoso.

El mochi como tal, es una pasta de arroz glutinoso que se consigue moliendo o “martillando” (ahora os hablaré del peculiar método de hacer esta masa de manera tradicional) el arroz una vez se ha cocido, hasta obtener una suerte de masa pegajosa blanca, que será la base para diversos dulces tradicionales japoneses.

Es costumbre comerlos en año nuevo, y por ello es más o menos frecuente ver la ceremonia tradicional de elaboración de esta masa, conocida como “Mochitsuki”. Os dejo abajo un video en el que podréis ver esta peculiar manera de realizar la masa, pero para que os hagáis una idea, consiste en golpear con mazos de madera el arroz, que está situado en una especie de mortero, mientras otra persona se encarga de amasarlo y mojarlo para que no quede pegado al mortero. En esta ceremonia es crucial la coordinación entre los que la realizan, porque de lo contrario… bueno podríamos tener mochi de dedos, digámoslo así.

Es bastante entretenida de ver, y según nos comentó mi profesor de japonés hace poco, esta ceremonia se utiliza como alegoría para referirse a ritmo conversacional típico japonés, en el que es muy frecuente emitir sonidos de aprobación o de interés, o sencillamente repetir la afirmación que ha hecho nuestro interlocutor a modo de pregunta, solo para demostrar que le estamos escuchando y demostrando interés en lo que dice, cuando veáis el video entenderéis el porqué de este símil.

Volviendo a los Mochis como tal, la primera vez que probéis cualquier tipo de dulce realizado con esta masa, os sorprenderéis por la textura. A mí personalmente me gustan bastante, pero uno no puede evitar tener la sensación de que se trata de masa cruda a la que le falta cocinarla… tal vez tostados estarían mucho mas buenos.

Es muy frecuente rellenarlos de diferentes maneras, lo más normal es encontrarlos rellenos de pasta dulce de judía azuki, también muy típica entre los dulces tradicionales japoneses, o incluso relleno de helado, bastante sorprendente la primera vez que te lo “encuentras”. Os dejo con unas imágenes de dulces realizados con “mochi”, así como un vídeo del “Mochitsuki”… ¡Nos leemos!

Mochi relleno de judía Azuki.


Y aquí el "Mochitsuki"