sábado, 5 de enero de 2013

Cafeína I - La cafeína como psicoestimulante

Voy a dedicar una entrada a una de las sustancias psicoestimulantes y aceleradora del metabolismo mas famosas y consumidas alrededor de todo el mundo a día de hoy; La Cafeína. En concreto, esta entrada la voy a dedicar a la faceta psicoestimulante de la misma, ya que se acerca la temida temporada de exámenes y será con toda probabilidad el principal efecto que busquen millones de estudiantes. En una entrada posterior dedicaré unas palabras a la faceta aceleradora del metabolismo y potenciadora física de la cafeína.

Si buscamos cafeína en la Wikipedia, la aséptica información que obtendremos será que: “La cafeína es un alcaloide del grupo de las xantinas, sólido cristalino, blanco y de sabor amargo, que actúa como una droga psicoactiva y estimulante.”

De acuerdo, eso y nada es casi lo mismo… vulgarmente vamos a decir que la cafeína es esa sustancia que, ingerida en cantidades controladas nos ayuda a mantenernos alerta, mejora la concentración y la potencia física.

¿Dónde podemos encontrarla? Básicamente la buscamos en el café, conteniendo una taza de café unos 80 a 100 mg de cafeína (una taza decente, no un esperesso), mas adelante hablaré de la dosificación. Una bebida energética del tipo “redbull” o “burn” de 200 ml, contendrá unos 80 mg de cafeína (¿os dais cuenta de que menos que una taza de café?) lo que ocurre es que las bebidas energéticas llevan otra serie de sinergizantes estimulantes que potencian el efecto de la cafeína. Finalmente, una lata de medio litro de “monster energy drink” contendrá del orden de 160 mg de cafeína.

Con estos datos podemos calcular más o menos la cafeína que vamos ingiriendo. Debemos evitar sobrepasar los 300 mg de cafeína ingeridos en menos de 24 horas, pues entonces entraríamos en lo que se conoce como “intoxicación por cafeína” o lo que es lo mismo, comenzaríamos a perder el efecto beneficioso de la misma, y sufriríamos una exacerbación de los efectos negativos, eclipsando a los positivos: tendríamos arritmias, temblores, nerviosismo excesivo, labilidad emocional… en resumen, perderíamos todo beneficio a la hora de estudiar, y nos encontraríamos ante una situación en la que solo podríamos esperar a que se nos pasara.

Asique, ¿dosificación?, eso es personal e intransferible, mientras respetemos la norma de tratar de no pasar los 300 mg/día, cada uno debe experimentar su propia sensibilidad a la cafeína y cuanta necesita cada cuanto tiempo, ya que esto es tremendamente variable. Como consejo, es mejor hacer pequeñas tomas de cafeína en tiempos prolongados, a una toma masiva, ya que de la primera manera logramos un efecto sostenido del “subidón” y la energía que nos da la misma, evitando el bajón posterior o efecto rebote. En cambio, si hacemos una toma masiva, casi con seguridad sufriremos una intoxicación leve, perdiendo en gran medida los beneficios que buscábamos.

Asimismo lo mas importante es “escuchar a tu cuerpo”, es decir, hay personas que no metabolizan con normalidad la cafeína… si tu sabes que “te sienta fatal”, sencillamente no la tomes, personalmente yo debo deciros que soy bastante resistente a la misma y necesito mucha cafeína para lograr el mismo efecto que otros conseguirían con una taza de café, pero eso es un inconveniente enorme, os lo aseguro, porque sigo teniendo el mismo techo de los 300 mg de todo el mundo.

Asimismo, tened la precaución de hidrataros bien, ya que la cafeína es un diurético natural, y si os descuidáis acabareis deshidratados, los cual es también tremendamente contraproducente para el estudio.

Finalmente, aquí os dejo un poster muy curioso que he encontrado sobre el contenido en cafeína de diferentes bebidas, algunas solo comercializadas en los Estados Unidos.



¡Nos leemos!

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