Empezaré hablando de lo que más tarde ha llegado a mi vida,
y lo que probablemente se trate de lo que menos me apasiona de todo lo que he
expuesto, y eso es La Bolsa.
Veréis, para mí la bolsa no es sino un medio un medio hacia
el fin que busco: tener dinero, ¡espuertas de dinero! … no, fuera bromas, no
quiero espuertas de dinero, pero si quiero gozar de cierta independencia
económica. Sin entrar en detalles diré que vengo de familia bastante humilde, y
he aprendido dos cosas acerca del dinero: no es más que dinero… pero se
convierte en imprescindible para hacer CUALQUIER COSA en este mundo sin
excesivas limitaciones.
Así pues, un buen día dije… “oye, es que yo quiero tener
mucho dinero, quiero montones de dinero, pero tan solo para que no me limite en
nada de lo que deseo hacer en esta vida, ni a los de mi alrededor” y diréis “¡por
eso estudias medicina!” ERROR, jajaja, ese pensamiento vino a mi hace relativamente
poco, y, siendo sinceros, no creo que nadie se haga rico siendo médico, la
medicina es mi pasión y mi vida, no me importa un bledo cuanto me paguen cuando
ejerza, mientras ese dinero me dé para vivir.
Volviendo al tema que exponía… decidí que quería mi propio
dinero, y tras ir de un lugar a otro en “curros de mala muerte”, cada vez más difíciles
de encontrar debido a la puta crisis, me topé con la figura de un tipo muy
grande, Josef Ajram… como para muchos otros (seguro que millones) el señor
Ajram supuso una motivación muy fuerte, un “chaval” que logra hacerse
millonario con astucia y ninguna formación… ¡vaya! Inmediatamente en mi salta
esa voz que siempre me dice “no hay nada que otros hagan que tu no puedas hacer”…
y así fue como, lo que era un sueño, algo inalcanzable, ser rico, tener dinero,
ser independiente económicamente... se grabó a fuego en mi mente y se convirtió
en una obsesión.
Y diréis “¡y te abriste una cuenta en el mercado de valores!”…
No exactamente. Tras conocer la figura de este hombre, y grabarse en mí la
obsesión, la verdad es que no hice nada, como casi todos, la idea estaba ahí,
pero no sabía cómo llevarla a cabo. Fue entonces cuando mi padre, un tipo
bastante humilde, policía nacional jubilado, y que hacía sus pinitos (malabares)
en bolsa desde que se hallaba jubilado, un buen día, y tras un mal día en la
bolsa me dijo:
“Tu valdrías para la bolsa… estoy convencido de que serías
bueno, no te dejas llevar por las emociones y lo analizas todo fríamente, creo
que podrías triunfar donde yo estoy fracasando”
Evidentemente, yo no me lo tomé en serio, la verdad es que
soy un tío muy visceral, muy sanguíneo, me dejo llevar mucho por las emociones,
pero mi padre estaba convencido de que en el tema de la bolsa yo tendría mucha
cabeza y sangre fría… así que fue gracias a mi padre que abrí mi cuenta en una
conocida plataforma de trading y comencé a aprender “de que iba esto de la
bolsa”…
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